Como algunos ya sabéis, hace dos veranos cambié el nombre del blog porque, debido a los contínuos recortes en Educación y a la imparable implantación del
engañoso programa bilingüe de la Comunidad de Madrid, me quedé sin mi plaza en mi añorado instituto de la Serna.
Pues bien, ahora que las raíces que brotaron el primer día que pisé el Ítaca -¡bendita sonrisa de Eva!- se iban haciendo más y más profundas... ¡Otra vez a hacer las maletas!
De nuevo de mudanza. A cargar el coche con todo lo que he ido acumulando en estos dos años.
Otro septiembre más en el que tendré que abatir el asiento trasero del coche porque no cabrán en el maletero tantos libros, cartapacios, pinturas, herramientas y, sobre todo, buenos momentos que he ido acumulando en estos dos cursos llenos de proyectos, complicidad, risas (muchas), discusiones y enfados (que también los ha habido), sorpresa, entusiasmo, desafíos, experiencias, descubrimientos,...
Miro hacia atrás y, al pensar en todo lo que hemos hecho, me cuesta creer que hayan sido solo 2 años: dragones, poemas, medallas, sellos, diccionarios "pajariles", jabón, libros, estrellas, telares, serpientes, recortables, actividades en el CA2M, el Reina Sofía, el Ateneo,... y delfines, muchos delfines.
Efectivamente ha sido un viaje "lleno de peripecias, lleno de experiencias" aunque ni mucho menos tan largo como deseaba. En cualquier caso, soy muy féliz porque "Ítaca me ha concedido ya un hermoso viaje".
Me gustaría poder despedirme con un fuerte abrazo de todos pero como sé que en septiembre no será posible, aprovecho el blog para agradeceros lo mucho que he aprendido -y disfrutado- en esta familia itaquense. Os echaré muchísimo de menos...
Como dice Pilar Carrasco, nuestra compañera de historia, "llegamos al Ítaca igual que nos vamos (en este caso, me voy): llorando".
Pero no, "que me vean arribar con gozo, alegremente, a puertos que antes ignoraba". Así que mañana mismo empiezo a preparar mis aparejos para la nueva travesía que -si no cambia en las asignaciones de septiembre- tiene como destino el IES Las Américas de Parla y confío en que será otra etapa tan enriquecedora y creativa como la que ahora dejo.
Y, como llegué, me voy. A la sombra de Kavafis:
Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca
debes rogar que el viaje sea largo,
lleno de peripecias, lleno de experiencias.
No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,
ni la cólera del airado Posidón.
Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta
si tu pensamiento es elevado, si una exquisita
emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.
Los lestrigones y los cíclopes
y el feroz Posidón no podrán encontrarte
si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,
si tu alma no los conjura ante ti.
Debes rogar que el viaje sea largo,
que sean muchos los días de verano;
que te vean arribar con gozo, alegremente,
a puertos que tú antes ignorabas.
Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,
y comprar unas bellas mercancías:
madreperlas, coral, ébano, y ámbar,
y perfumes placenteros de mil clases.
Acude a muchas ciudades del Egipto
para aprender, y aprender de quienes saben.
Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:
llegar allí, he aquí tu
destino.
Mas no hagas con prisas tu camino;
mejor será que dure muchos años,
y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,
rico de cuanto habrás ganado en el camino.
No has de esperar que Ítaca te enriquezca:
Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.
Sin ellas, jamás habrías partido;
mas no tiene otra cosa que ofrecerte.
Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.
Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,
sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas.
Konstantino Kavafis
¡¡Un fuerte abrazo y buena travesía a todos!!
Mariajo