sábado, 6 de junio de 2009

Pueblos abandonados V. Mayo en Umbralejo

Hace tres semanas estuvimos en Umbralejo. Necesitaría un blog completo para poder contar todo lo que la experiencia ha supuesto para todos pero intentaré resumirlo en un par de entradas.

El domingo llegamos, después de unas cuantas curvas más de la cuenta porque el conductor del autobús se pasó el desvío de Umbralejo y nos acercó hasta Galve de Sorbe. Los alumnos del otro centro ya habían llegado desde Jaen, de Torredonjimeno para ser más exactos. Dimos un paseo por el pueblo y conocimos algo de su historia y de sus antiguos habitantes. Después nos informaron sobre las actividades que realizaríamos esa semana y sobre la organización del pueblo.

Las casas en las que dormíamos (algunos muy poco...) eran tres: la veleta, la casa grande y la casa pequeña. Todas ellas construidas con pizarra y rehabilitadas en los primeros años del programa.

Han sido seis días llenos de actividades: por las mañanas, después del desayuno, empezaban los tajos: cuidado de los animales, recoger estiércol, cuidar plantas, reconstruir muros o (como en nuestro caso) trasladar piedras hasta el manantial que abastece el pueblo y colocarlas en el cauce para que se filtrara el agua y perdiera el exceso de hierro y para que las vacas no enturbiaran el agua y, por último, limpiar las zonas comunes. Las tardes estaban dedicadas a los talleres (de cerámica, cosmética natural, reciclaje, encuadernación, primeros auxilios y relajación, fragua, textil, cestería, cocina tradicional) y al proyecto de centro.
Aquí tenéis imágenes de las distintas actividades:



El martes celebramos el Concejo: una reunión en la que realizamos una evaluación, valorando lo negativo y positivo de los dos primeros días en Umbralejo y haciendo propuestas (y enmienda) de mejora.

El miércoles fue un día especial: hicimos una excursión a Valverde de los Arroyos y, desde allí fuímos a las Chorreras de Despeñaelagua, a unos 2 km, donde comimos. Por el camino nos fueron explicando las distintas especies vegetales y qué uso se hacía de ellas. La marcha tuvo su momento "de acción" cuando, poco antes de llegar a Valverde, pasamos cerca de unas cuantas colmenas. No hubo que lamentar más que un picotazo de una de ellas que se empeñó en castigar a Milagros, la profesora jienense y, ya de vuelta, el empecinamiento de un par de ellas que se metieron en la melena de Almudena (esta vez, sin mayores consecuencias). Fueron alrededor de 18 km en los que disfrutamos de un paisaje maravilloso y de estupendas vistas del (pico) Ocejón.

El jueves seguimos con el horario habitual y por la noche Montse (la monitora que lleva la animación de Umbralejo) nos contó algunas de las historias y leyendas más espeluznantes. Esa noche nadie se atrevía a salir de las casas a solas, entre otras cosas porque José María, el maestro de Torredonjimeno, es especialista en asustar al personal y, en cuanto uno se confiaba, daba un golpe en una contraventana, abría una puerta que chirriaba,... y nos daba unos sustos de muerte ¡¡Maeeeeestrooooooooooo!!

El viernes fue un día distinto a los demás porque ya se barruntaba el fin del viaje y porque dedicamos buena parte de la tarde a preparar la fiesta de despedida. Nos dividimos en grupos: uno de ellos realizó un mural de recuerdo con el nombre de los dos centros, otros diseñó los diplomas para los participantes y un tercero, preparó una obra de teatro en la que se resumía lo vivido en esos días.

Después de la cena, disfrutamos de la fiesta: vimos el teatro, bailamos, cantamos en el karaoke, hicimos fotos, tuvimos hasta un desfile de modelos y un par de gogós de los más fashion. La última noche fue muy especial sobre todo porque nos acostamos mucho más tarde y se permitió el cambio de "residencia" por unas horas.

Pero con el sábado llegó el momento de la despedida. Tras compartirlo todo durante una semana con los chicos -y los profes- de Torredonjimeno y con la "gente" (que diría Montse) de Umbralejo, cada uno se subiría a su autobús y volvería a su vida cotidiana. Las lagrimas ocuparon el lugar de las risas, nos abrazamos y nos besamos como si nada nos pudiera separar y nos comprometimos a preparar para el curso próximo un proyecto conjunto para poder repetir una experiencia tan maravillosa... Promesa que sigue en pie.

Así que solo me queda decir:
Gracias a todos los que habéis hecho posible esta maravillosa semana y... ¡¡¡Nos vemos en Umbralejo!!!

2 comentarios:

  1. Hola
    Ya tenía ganas de ver el reportaje de Umbralejo.¡Qué envidia me dais!
    Voy a seguir disfrutando de las fotos
    Besos
    Encarna

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  2. Bueno, como habrás podido leer, amenazamos con repetir... se aceptan incorporaciones. Un beso,
    Mariajo

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